1. Batería: Lo más recomendable es desconectar la batería por completo para asegurar que no se produzca ningún consumo eléctrico mientras el vehículo permanece parado. Esta pieza es la que más sufre con mucho tiempo de inactividad.
2.: Neumáticos:
- Infla los neumáticos hasta 10 por ciento arriba de la presión de inflado recomendada por el fabricante del auto, pero asegúrate de NO rebasar la presión máxima. Tener el automóvil detenido durante más de 30 días puede ocasionar que se pierda presión y se deformen los neumáticos, por lo que incrementar un poco la cantidad de aire, permite prevenir consecuencias negativas. Cuando sea el momento de que regresar a las actividades cotidianas, asegúrate de revisar la presión de inflado y reducirla a la recomendada por el fabricante del auto.
- Desplaza el auto unos centímetros cotidianamente. Realizar esta acción ayuda a que los puntos de apoyo de los neumáticos cambien, con lo que se evita una posible deformación por la pérdida de presión.
- Resguarda tu automóvil. De ser posible, mantén tu auto en un lugar techado, ya que la exposición directa y prolongada al sol, al frío o la lluvia, pueden afectar el estado de los neumáticos, así como el funcionamiento del vehículo en general.
- Revisa antes de volver a usar. Si después de varios días detenido necesitas utilizar tu auto para una actividad esencial, es recomendable acudir a un centro de servicio para revisar la presión de inflado y estado de los neumáticos, así como los niveles de líquidos, funcionamiento del motor y estado general del vehículo.
3. Freno de mano. Lo mejor es no utilizarlo, salvo que el vehículo quede estacionado en pendiente. Al accionar el freno de mano se tensa un cable que frena el eje trasero, y si éste queda accionado mucho tiempo puede generar problemas al desactivarlo.
4. Combustible; No se debe dejar nunca el tanque de combustible vacío o en reserva, porque el depósito corre riesgos de deteriorarse. Lo ideal es que el vehículo quede con al menos medio tanque de combustible. Además, cuanto más lleno esté, es más leve el efecto de evaporación.
5. Líquidos: Revisar que todos los niveles estén en su medida correcta, para chequearlos con el mismo parámetro cuando se vuelva a poner en marcha el vehículo. Si el nivel de aceite está por debajo de lo normal, se recomienda recargarlo. Lo mismo con el líquido anticongelante del radiador.
6. Ventana: Si el auto queda en resguardado en un garaje o un lugar seguro y cubierto, dejar las ventanas algo abiertas. Esto ayuda a que los burletes de goma no se sequen y se peguen al vidrio en la parte superior. Además, es clave para evitar posteriores olores desagradables o humedad, que siempre son difíciles de eliminar.
7. Interior: Un truco casero: dejar un recipiente con arroz crudo en el habitáculo. Eso ayuda a evitar la humedad y los olores que genera el encierro.
8. Caño de escape: La salida suele oxidarse, por eso lo mejor es poner allí un paño bañado en aceite para motor.
9. Carrocería: Para evitar la corrosión y protegerlo al máximo lo mejor es protegerlo con una funda, pero cuidado: es imprescindible que antes de cubrirlo esté totalmente limpio para que no se raye la pintura.
10. Ponerlo en marcha. Lo ideal es que no pasen más de 10 días sin arrancarlo. Aunque no se pueda circular, conviene ponerlo en marcha y dejarlo unos minutos en ralentí para evitar que se formen depósitos en los circuitos de combustible, líquido refrigerante y aceite.