Hoy en día, el grado de perfeccionamiento de las llantas y de los automóviles es muy elevado. Los automovilistas terminan olvidando que la llantas son el único punto de contacto del vehículo con el suelo y que por eso tiene que realizar un cierto número de funciones, tales como guiar, soportar la carga, amortiguar, rodar, transmitir los esfuerzos y durar.
- Guiar: la llanta conduce el vehículo con precisión, independientemente del estado del suelo y las condiciones climáticas. La estabilidad de trayectoria del vehículo depende del comportamiento de la llanta. Las llantas tiene que soportar esfuerzos transversales sin modificar la trayectoria. Cada vehículo tiene, en general, una presión particular de inflado por eje.
- Soportar: la llanta soporta el vehículo cuando está parado, pero también en movimiento, y tiene que resistir a las transferencias de cargas en la aceleración y el frenado. Una llanta de un vehículo soporta más de 50 veces su peso.
- Amortiguar: la llanta amortigua las irregularidades de la carretera, garantizando la comodidad del conductor y de los pasajeros así como la longevidad del vehículo. La característica principal de la llanta es su gran flexibilidad, sobre todo en dirección vertical. La gran elasticidad del aire contenido en el neumático le permite encajar correctamente en las deformaciones provocadas por los obstáculos e irregularidades del suelo. Una presión correcta nos proporciona un buen nivel de confort y una buena capacidad de conducción.
- Rodar: la llanta rueda de manera más regular, más segura, con menos resistencia al rodamiento para obtener un mayor placer en la conducción y un consumo controlado.
- Transmitir esfuerzos: La llanta transmite la potencia útil del motor, los esfuerzos de frenado. La calidad de unos pocos centímetros cuadrados en contacto con el suelo condiciona el nivel de transmisión de esfuerzos.
- Durar: conservar las propiedades al mejor nivel durante millones de vueltas de rueda. El desgaste de la llanta depende de sus condiciones de uso (carga, velocidad, estado de la superficie del suelo, estado del vehículo, estilo de conducción...) pero, sobre todo, de la calidad del contacto con el suelo. La presión juega por tanto un papel esencial.
Actúa sobre:
- El tamaño y la forma de la zona de contacto
- La distribución de esfuerzos sobre los distintos puntos de la llanta en contacto con el suelo.
La durabilidad es una de las funciones del neumático que depende de varios factores. Hay que tener en cuenta que el desgaste no es el mismo en el eje delantero y en el trasero. Esto va a depender de cuál sea el eje de tracción del vehículo.
Estas 6 funciones garantizan la seguridad, el confort y el ahorro. La llanta necesita aire para funcionar y durar. Hay que controlar, por lo tanto, regularmente la presión de inflado. En efecto, la llanta pierde el preciado aire, molécula a molécula, por la porosidad natural del caucho, aunque sea escasa, a la que se añaden, a menudo, causas accidentales, como por ejemplo que la válvula o la llanta ya no sean totalmente estancas, pequeños rasguños en la llanta, etc. La presión condiciona todas las funciones de la llanta: funciones de seguridad, ahorro y comodidad en la conducción; una presión incorrecta degrada todas estas propiedades.